¿Qué es Yoga?
Podría decirse que Yoga es una antigua disciplina de origen indio que fue diseñada para traer equilibrio y salud a las dimensiones físicas, mentales, emocionales y espirituales del ser humano.
Esta disciplina ha sido practicada durante miles de años y ha sido influenciada por varias tradiciones diferentes a lo largo de su historia. Estas tradiciones incluyen la filosofía hindú, el budismo, el daoísmo, el jainismo y el sufismo, cada una ha aportado enfoques y técnicas únicas para mejorar la práctica y la compresión de la disciplina.
¿Qué tradiciones han influido?
La filosofía Samkhya y la filosofía Vedanta son dos de las principales tradiciones filosóficas dentro del Hinduismo. Samkhya es una de las escuelas filosóficas más antiguas del Hinduismo y se centra en la naturaleza dualista del universo y la relación entre el ser humano y la realidad. Según esta filosofía, el universo está compuesto de dos principios fundamentales: la conciencia pura (purusha) y la naturaleza material (prakriti). Por otro lado, Vedanta es una escuela filosófica dentro del Hinduismo que se centra en la conciencia y la auto-realización. La filosofía Vedanta enseña que todos los seres humanos tienen el potencial de alcanzar la liberación espiritual y que el objetivo final de la vida es la unión con lo divino. Ambas filosofías son esenciales para la comprensión de la espiritualidad y la práctica del yoga en la India, y han influenciado en gran medida en la evolución y desarrollo del yoga como disciplina.
El budismo también ha influenciado en gran medida el yoga. El budismo se originó en India y se basa en la enseñanza de Siddhartha Gautama, conocido como el Buda. El budismo enfatiza la importancia de la meditación y la atención plena, y ha contribuido a la práctica de la meditación en el yoga. El budismo nos ayuda a entender la naturaleza de la realidad y a liberar la mente de los pensamientos y emociones negativos.
El daoísmo, que se originó en China, se centra en la conexión entre el cuerpo y la mente, y en la importancia de encontrar un equilibrio entre estos dos aspectos, al igual que la práctica del yoga que se enfoca en encontrar un equilibrio entre cuerpo y mente. Dentro del daoísmo existe la filosofía del wu-wei, que se centra en el flujo natural de la vida, en encontrar el equilibrio y la armonía entre el ser humano y la naturaleza. Actuar en la vida de manera natural y espontánea, sin forzar las cosas o tratar de controlarlas, dejar que las cosas fluyan y actuar de acuerdo con la naturaleza, en lugar de tratar de cambiarla. El wu-wei también se relaciona con la idea de no actuar en base a la ambición personal o el deseo de controlar los resultados, sino dejar que las cosas ocurran por sí mismas, confiando en que todo ocurre por una razón y que no se tiene control sobre ello.
El jainismo, también originario de India, ha influenciado en el yoga en cuanto a la importancia de la no violencia y el respeto hacia todos los seres vivos, así como la importancia de la meditación y la ascetismo.
El sufismo, por otro lado, una corriente mística dentro del Islam, ha influenciado en el yoga en cuanto a la importancia de la conexión espiritual y la búsqueda de una conexión más profunda con uno mismo y con lo divino.
Debido a que uno de los pilares en la práctica del yoga se centra en la conciencia corporal, el maestro de yoga B.K.S. Iyengar afirma que el objetivo de la práctica es “acercar el cuerpo a la mente y la mente al alma”.
Esta enseñanza se basa como hemos dicho en la filosofía que sostiene que el cuerpo, la mente y el alma son uno. Los Vedas, los textos sagrados de la India, nos enseñan que el cuerpo es el templo del alma. Por lo tanto, la práctica de yoga es una forma de honrar y cuidar el templo para mantener la salud y el equilibrio.
En Occidente a veces no tenemos en cuenta una premisa muy importante, que Yoga no es únicamente realizar posturas físicas; para muchas personas, también es una forma de vida que abarca la meditación, la respiración consciente, la compasión y la sabiduría. Me gusta decir que Yoga es una filosofía de Vida.
La importancia de la respiración consciente
La respiración consciente o pranayama, es una técnica que se practica en el yoga para cultivar la conciencia y la atención plena. Consiste en prestar atención al proceso de respirar, y en algunos casos, en modificarlo de alguna manera para obtener beneficios físicos y mentales.
Además de oxigenar adecuadamente el cuerpo y reducir la presión arterial, la respiración consciente también ayuda a reducir el diálogo interno y controlar la mente y las emociones. Al prestar atención a la respiración, se puede distraer la mente de los pensamientos negativos y desagradables, y en su lugar, enfocarse en el momento presente y en el proceso de respirar. Esto puede ayudar a reducir la rumiación y el estrés y la ansiedad que estos procesos producen en nuestro organismo, y de esta manera promover una sensación de paz, claridad mental, calma y relajación. Además, algunas técnicas de pranayama, como la retención del aliento, ayudan a resetear el sistema nervioso y promueven a su equilibrio.
La respiración es un proceso automático que se lleva a cabo en nuestro cuerpo, pero a menudo, no prestando atención a ella. Sin embargo, al ser plenamente conscientes del proceso respiratorio, podemos tener un mayor control sobre cómo lo hacemos, y por ende, cómo nos sentimos. La respiración consciente nos ayuda a desarrollar una mayor conciencia sobre cómo nuestro cuerpo se relaciona con nuestra mente y emociones.
La actitud es esencial en nuestra vida y en cómo nos tomamos las cosas, y la respiración consciente puede ayudarnos a desarrollar una actitud más positiva y equilibrada. Al prestar atención a nuestra respiración, podemos aprender a relajarnos y a reducir los niveles de estrés. La respiración consciente ayuda a mejorar la concentración y la claridad mental, y a promover una sensación de calma y relajación. Esto puede ayudarnos a afrontar las situaciones de manera más positiva, y a tener una actitud más equilibrada ante las dificultades.
La correcta práctica de posturas
Las asanas son una parte fundamental de la práctica del yoga, y se refieren a las posturas físicas que se realizan para cultivar la flexibilidad, la fuerza y la estabilidad del cuerpo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada persona tiene un cuerpo único y limitaciones diferentes, y es importante adaptar las asanas a las necesidades individuales del practicante. Si se tiene una lesión o una condición médica específica, es importante consultar con un profesional de la salud antes de comenzar a practicar. Además, es importante escuchar el cuerpo y no forzar las posturas, y en su lugar, buscar la sensación de comodidad y equilibrio en cada asana.
Además de ser una práctica física, el yoga también es una práctica meditativa, y es importante realizar las posturas con plena atención y concentración. Esto nos permite escuchar activamente nuestro cuerpo y nuestras emociones, y nos permite obtener información valiosa sobre cómo estamos.
Las asanas también tienen un impacto en la energía del organismo, ayudando a armonizar y aportar vitalidad. Cada asana tiene un efecto específico en el cuerpo, y al practicar una variedad de posturas, se pueden equilibrar los diferentes sistemas del cuerpo y mejorar la salud general. Por ejemplo, las asanas que incluyen torsiones pueden ayudar a estimular la digestión, mientras que las posturas invertidas pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea.
Al trabajar sobre los músculos y las articulaciones, se pueden mejorar la flexibilidad y la movilidad, lo que a su vez, puede ayudar a mejorar la salud de los órganos internos y aumentar el flujo de energía en el cuerpo.
La meditación durante la práctica de Yoga
Según el maestro de yoga Patanjali, la intención del yoga es el cese de las fluctuaciones mentales. Esto significa que el objetivo de la práctica de yoga es liberar la mente del estrés, la ansiedad, la ira y otras emociones desagradables que nos impiden conectar con nuestra verdadera felicidad. Para lograr esto, el yoga se centra en la conciencia de uno mismo, la práctica de la meditación y la realización de posturas físicas.
La meditación es una parte esencial de la práctica del yoga, y se considera una herramienta valiosa para cultivar la conciencia y la atención plena. Al incluir la meditación en la clase de yoga, se pueden obtener una serie de beneficios tanto físicos como mentales.
La meditación tiene un impacto positivo sobre el sistema nervioso central. Al practicar meditación, se puede reducir la actividad en el sistema nervioso simpático, que se activa durante situaciones de estrés, y aumentar la actividad en el sistema nervioso parasimpático, que se activa durante situaciones de relajación. Esto puede ayudar a reducir la presión arterial y a mejorar la salud cardiovascular.
La meditación también puede ayudar a ver la vida de una manera más calmada y equilibrada. Al meditar, uno aprende a relajarse y a reducir el estrés, lo que puede ayudar a tener una actitud más positiva y equilibrada ante las dificultades y a desarrollar una mayor conciencia sobre el uso del tiempo libre y a desarrollar hábitos más saludables. Además, al prestar atención a nuestras emociones y pensamientos, podemos aprender a manejarlos de manera más efectiva y a desarrollar una mayor conciencia emocional.
En resumen, el yoga es mucho más que solo un conjunto de posturas y ejercicios físicos, es un estilo de vida que busca el desarrollo personal y espiritual. Al practicar yoga, se busca unir mente, cuerpo, energía, alma y espíritu, lo cual nos lleva a una mayor comprensión de nuestra esencia espiritual y a encontrar la verdadera felicidad. Además, al practicar yoga, se abren las puertas a una mayor conexión con la luz, la paz y el amor que todos anhelamos.
Si aún no lo has probado, te recomiendo darle una oportunidad. La práctica del yoga puede tener un impacto significativo en tu vida, te ayudará a conectarte mejor contigo mismo y a encontrar una mayor paz interior y equilibrio en tu vida. No esperes más, pruébalo y experimenta los beneficios por ti mismo.