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Mudras, usos y combinaciones

La palabra “mudra” se traduce como “sello” y también como “gesto”. El término “sello” se refiere a que estos gestos, que pueden realizarse con las manos, con partes específicas del cuerpo o con todo el cuerpo, modifican la libre canalización de la energía y, por ende, los circuitos internos.

Siempre me gusta poner el ejemplo de un río en el que fluye el agua de manera libre y natural. La corriente de agua debe modificar su trayectoria, recorrido y velocidad si se encuentra con una roca o un palo que impide su flujo libre. Del mismo modo, cuando realizamos un mudra con nuestro cuerpo o nuestras manos, la canalización energética se ve modificada, se crean barreras que hacen que la energía se dirija hacia el interior.  Esto repercute en muchos factores internos, como la atención, la percepción, la respiración, la actividad muscular, la concentración, entre otros.

Las mudras también pueden involucrar la postura corporal, la respiración y el movimiento de los ojos y la lengua. Se han utilizado durante siglos en la práctica del yoga, la meditación y la curación en la cultura hindú y budista.

Se puede incorporar un mudra en una postura específica o asana, en un pranayama, en un ejercicio que involucre o contenga bandhas, o simplemente como un gesto que se realiza con las manos. Cada vez son más las personas que los utilizan de manera aislada con fines terapéuticos, por lo que existen multitud de libros que contienen glosarios de mudras donde se explica la técnica de realización y los beneficios que aporta.

Shanka mudra

Dentro del marco del Yoga, podemos clasificar las mudras de diferentes maneras, según la parte del cuerpo con la que se realicen, si son internos o externos, si involucran, despiertan o armonizan la energía de un chakra u otro, entre otros aspectos.

Tipos de mudras

Voy a exponer cómo se clasifican en el libro “Asana, Pranayama, Mudra, Bandha” de Swami Satyananda Saraswati, ya que su clasificación me parece bastante acertada.

Hasta mudras (mudras que se realizan con las manos)

En este apartado, podemos encontrar los más comunes, así como un amplio glosario de mudras ilustrados en numerosos libros. En próximos artículos puedo escribir y compartir muchos de ellos si puede haber interés en conocerlos más en profundidad 🙂

Bajo mi punto de vista, trabajar con este tipo de mudras es muy sencillo, ya que son fáciles de percibir y sentir los cambios con sólo unas pocas indicaciones. En mis cursos de meditación, siempre incluyo mudras durante las prácticas meditativas, invitando a los alumnos a probar varios y encontrar el más indicado para cada persona.

Para percibir los cambios internos que se producen al colocar un mudra en las manos, es importante hacerlo con los ojos cerrados y en un estado interno de pratyahara, para desarrollar una conciencia más refinada y percibir los cambios sutiles que se llevan a cabo. Con el tiempo, la percepción se vuelve más sutil y los cambios más evidentes.

En la práctica del yoga y meditación, se cree que los dedos de las manos están asociados a los cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter (también conocido como espacio). Estos elementos se corresponden con diferentes aspectos del cuerpo y la mente, y trabajar con los mudras puede ayudar a equilibrarlos y armonizarlos.

Al trabajar con mudras, se utilizan diferentes combinaciones de dedos para crear diferentes patrones de energía en el cuerpo. Cada mudra tiene un propósito específico y puede utilizarse para equilibrar diferentes aspectos de la mente y el cuerpo.

Mana mudras (mudras que se realizan con partes del cuerpo ubicados en la cabeza, como los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y los labios)

Algunos de estos mudras constituyen técnicas de meditación por sí solos. Podemos encontrar sambhavi mudra, nasikagra drishti, khechari mudra, kaki mudra, bhujangini mudra, bhoochari mudra, akashi mudra, shanmukhi mudra y unmani mudra.

Dentro de esta categoría, podemos subclasificarlos en mudras internos o externos, dependiendo de si se realizan con elementos internos, como la lengua y los ojos, o con elementos externos, como los oídos, la nariz y los labios.

La ejecución de estas técnicas a veces requiere conocimientos previos de yoga, ya que pueden presentar dificultades en su ejecución. No todos los alumnos se sienten cómodos con mudras como sambhavi o kechari, que implican forzar los ojos o la lengua en movimientos que no estamos acostumbrados a realizar en nuestra cultura.

Los cambios que producen estas técnicas son más intensos y profundos que los que se realizan con las manos. Por lo tanto, podríamos decir que las mana mudras inciden directamente en las envolturas mental y psíquica (manomaya y vijñanamaya kosha) que conforman la configuración de los shariras, los diferentes cuerpos que nos componen.

Kaya mudras (mudras de posturas)

Se utilizan posturas físicas con técnicas de respiración y concentración. En esta categoría se incluyen Vipareeta karani mudra, pashinee mudra, prana mudra, yoga mudra, manduki mudra y tadagi mudra. Las diferentes asanas, su ejecución, respiración, contraindicaciones y beneficios vienen especificados con total claridad en el libro de Satyananda.

Bandha (mudras de bloqueo)

En este apartado se incluyen prácticas que además de kaya mudras (posturas), combinan bandhas o cierres energéticos como moola bandha, uddiyana y jalandhara bandha. Las técnicas que enumera son las siguientes: maha mudra, maha bheda mudra y maha vedha mudra.

Tradicionalmente, los bandhas se han clasificado como mudras. Por esta razón, es posible encontrar en algunos libros que estas técnicas también se enumeran como diferentes tipos de mudras.

Adhara (mudras del perineo)

Podemos encontrar a ashwini mudra, vajroli o sahajoli mudra, todos ellos mudras internos que redirigen el prana desde los centros energéticos inferiores hacia los superiores.

Después de enumerar los tipos de mudras que podemos encontrar vamos a ver qué utilidades tienen en la práctica de yoga o meditación.

Ksepana mudra en asana

Utilizar mudras durante la práctica de yoga

Como acabamos de ver, las mudras generan cambios a nivel energético en el cuerpo, ¿qué utilidad pueden tener estos cambios en la práctica de yoga?

Durante la práctica de asanas o posturas de yoga, algunas pueden ser más exigentes físicamente que otras, lo que puede requerir un mayor esfuerzo del cuerpo y de la mente. Al usar un mudra durante la ejecución de estas posturas, la concentración aumenta y la atención se enfoca en el “sello” en lugar de dispersarse en el esfuerzo físico. Esto puede ayudar a dirigir la mente a un punto específico y propiciar un estado de mayor equilibrio emocional.

Para experimentar los efectos de las mudras en la práctica de yoga, puedes probar algunos de estos ejemplos. Es importante que experimentes por ti mismo antes de guiar a tus alumnos en una clase de yoga.

  • Adho mukha svanasana + sambhavi y nabho mudra
  • Vira bhadrasana II + jñana mudra y moola bhanda
  • Utthitha trikonasana +  apana mudra
  • Vira bhadrasana I + padma mudra
  • Tadasana + ganesha mudra
  • Uttanasana + nirvana mudra (llevando los brazos detrás de las piernas)
  • Bharadvajrasana A con nadi sodhana y nasikagra mudra

Además de los cambios a nivel mental en cuanto a atención y concentración que hemos comentado, la práctica de mudras durante las posturas de yoga también puede producir cambios internos a nivel físico, incidiendo en músculos, ligamentos y articulaciones. Las mudras también pueden aumentar la energía del cuerpo y estimular el sistema nervioso, ayudan a activar ciertos canales energéticos y chakras del cuerpo, mejorando el flujo de energía.

En consecuencia, podemos afirmar que las mudras son útiles para mejorar la concentración, equilibrar las emociones y aumentar la conexión con la energía del cuerpo. 

Cuando utilizamos mudras en la práctica de Yoga, las clases se convierten en un flujo de energía que nos permite trabajar en la concentración, armonización emocional y claridad mental. Las mudras aportan una dimensión adicional a la práctica, brindando calma, integración y descubrimiento del cuerpo y las sensaciones internas.

En mi experiencia, los alumnos que trabajan con mudras desarrollan una mayor percepción sensorial interna, lo que les permite ir más allá de los sentidos burdos y del uso cotidiano que hacemos de ellos. De esta manera, las mudras les ayudan a desarrollar una percepción más sutil y profunda.

En resumen son una herramienta preciosa que pueden enriquecer la práctica de yoga, aportando beneficios tanto a nivel físico como mental y emocional.

Utilizar mudras durante la práctica de meditación

Como acabamos de ver, las mudras ayudan a enfocar la mente y la atención, lo que es esencial durante la práctica meditativa. La concentración obtenida puede dirigirse hacia el objeto de meditación en caso de utilizarse alguno. Cuando la mente está concentrada, es menos probable que se distraiga con pensamientos, lo que facilita el acceso a la meditación.

Podemos decir que tienen un efecto calmante y equilibrante en el cuerpo y la mente, lo que mejora el estado de ánimo, la claridad y la tranquilidad mental. En muchas ocasiones, los alumnos me han comentado que el simple hecho de utilizar jñana mudra les ayuda a colocarse en la postura físicamente y en la meditación mentalmente. La meditación también está condicionada por la postura y mudra utilizado durante la práctica.

Cuando meditamos con un mudra, parece que ayuda a estabilizar, potenciar y recoger el estado de interiorización necesario para emprender esta práctica. Aporta un extra de concentración, aptitud propicia y equilibrio energético. No es imprescindible meditar con mudras, pero es muy recomendable. Cualquier ayuda extra que puedas brindar a tus alumnos seguro que la agradecerán.

Al utilizar un mudra específico, se puede acceder a diferentes estados de conciencia y facilitar la entrada en un estado meditativo más profundo. En resumen, las mudras pueden ser una herramienta muy útil para aquellos que buscan profundizar en su práctica de meditación.

Desarrollar la conciencia en las mudras

Para percibir los cambios que aporta la instalación de mudras y diferenciar entre los diferentes tipos, es necesario desarrollar una percepción más sutil a nivel sensorial. Los sentidos son nuestros conectores hacia el mundo externo y nos proporcionan información del espacio que nos rodea. Sin embargo, cuando deshabilitamos voluntariamente los sentidos, cerramos los ojos y nos conectamos con las sensaciones internas, es posible percibir muchos cambios. Quizás no sepamos distinguir ni explicar qué es lo que sucede, pero seremos capaces de saber que algo se ha modificado claramente.

Un consejo para que tus alumnos desarrollen poco a poco esa percepción es que realicen ejercicios sencillos con los ojos cerrados, dejando las manos libres y los dedos relajados. En ese momento, se les puede pedir que se observen internamente y que, al instalar cualquier mudra, presten atención a la respiración o a la mirada para que perciban qué es lo que ha sucedido. Con elementos sencillos como la atención y la respiración, la mayoría de las personas suelen percibir cambios. Si los alumnos son más experimentados, se les puede invitar a que observen los diferentes cambios en la postura, la activación muscular, la lengua, el ombligo o suelo pélvico y la postura corporal, entre otros.

Manos moviéndose en una secuencia de mudras enlazados

Combinaciones de mudras

Las mudras pueden combinarse, es decir, instalar en una mano una y en la otra mano otra diferente, o bien instalar un mudra idéntico en ambas manos a la vez que colocamos un mudra interno con la lengua u ojos y se realiza un bandha (bloqueo o sello energético). Combinar mudras hace que se intensifiquen los cambios percibidos y los beneficios que cada uno de manera individual aporta.

Existen muchas combinaciones de mudras en la práctica del yoga y la meditación, cada una con diferentes objetivos y beneficios. A continuación, te presento algunas combinaciones comunes de mudras:

  • Gyan Mudra + Prithvi Mudra
  • Prana Mudra + Apana Mudra
  • Gyan mudra + Prana mudra
  • Vayu Mudra + Apana Mudra
  • Gyan mudra + Shuni mudra
  • Shunya Mudra + Surya Mudra
  • Vayu mudra + Prana mudra
  • Varun mudra + Shuni mudra

Cualquiera de estas combinaciones se puede poner en práctica, pero hay una que me gusta especialmente, que es la combinación de jñana y chin mudra. En ambas manos, unes las yemas de los dedos índice y pulgar, una mano la colocas hacia arriba y en la otra hacia abajo, según como te sientas. Tú decides qué mano se coloca de una manera y cuál de otra. Observa cómo se produce lo que me gusta llamar “cortocircuito mental”. Es como si fallara alguna conexión interna a nivel cerebral y las fluctuaciones mentales se debilitaran hasta tal punto que prácticamente el diálogo interno desaparece. Siempre utilizo y presento esta combinación en mis cursos porque todos los alumnos perciben claramente este cambio.

Cuanto más practiquemos y desarrollemos la conciencia a nivel sutil, mayores beneficios obtendremos del trabajo con mudras.

Secuencias de mudras

Además de las combinaciones que acabamos de ver, los mudras pueden enlazarse formando secuencias, podemos comenzar con un mudra y continuar moviendo los brazos y las manos a otro diferente y enlazar de esta manera tres, cuatro o más de cinco mudras.

Te dejo un ejemplo de secuencia, pero en este caso lo mejor es que experimentes tú mism@, es un proceso de creatividad y conexión sutil. Ten en cuenta que puedes potenciar la activación de centros energéticos dependiendo del trabajo de secuencias que propongas o de la armonización de recorridos psíquicos. Te dejo también un par de ejemplos sobre estos aspectos:

Ejemplo de secuencia de mudras: 

Comenzamos con gyan mudra, enlazamos con dhyana mudra – anjali mudra – shiva linga mudra – padma mudra – anjali mudra – dhyana mudra. 

Mantenemos el tiempo que cada uno sienta en las diferentes mudras y la transición la realizamos intentando mantener en contacto siempre algún dedo. Percibir cómo canalizas la energía en la realización de esta secuencia, cierra los ojos y conecta con la energía que estás movilizando, que sea ella la que te guíe. 

Secuencia de mudras para activar los chakras:

Prithivi mudra (mooladhara chakra)  – yoni mudra (swadhisthana chakra) – Kalesvara Mudra con los dedos pulgares pegados al vientre (manipura chakra) – Shanka mudra (anahata chakra) – Garuda mudra (visuddha chakra) – Ksepana mudra (ajña chakra) – Padma mudra (Sahasrara chakra) 

Realiza la secuencia despacio deteniéndote en la proyección (kshetram) de cada uno de los chakras. Es necesario familiarizarse primero con cada mudra de manera aislada y con la transición entre unos y otros antes de realizar la secuencia con los ojos cerrados. Asciende las manos lentamente a medida que cambias de mudra. Percibe cómo se activa la energía del espacio del centro energético y cómo movilizas esa energía en dirección ascendente. Cuando acabes una vuelta, suelta las manos y regresa de nuevo al inicio. Repite unas vueltas más hasta que interiorices el trabajo.

Secuencia de armonización de recorridos psíquicos:

Unmani mudra a través de Awarohan. Comenzamos llevando la atención y la mirada al espacio de Bindu Chakra. Descendemos a través de sushumna nadi por ajña chakra, visuddha, anahata, manipura, swadhisthana y termina en el origen de mooladhara.

Realizar esta práctica con los ojos abiertos y la conciencia en el interior del cuerpo, la mirada queda perdida en la nada. A medida que vas descendiendo los ojos se van cerrando y cuando llegas a mooladhara chakra los ojos permanecen cerrados unos instantes antes de continuar con una vuelta más.

Podríamos seguir hablando de muchas más combinaciones porque el trabajo con mudras nunca termina. Te animo a crear tus propias combinaciones, a percibir cuál es el mudra más adecuado para tu práctica, y a notar los cambios que se producen cuando utilizamos uno u otro. El desarrollo de la conciencia a través del uso sutil de mudras puede brindarte múltiples beneficios y llevar tu práctica a una dimensión adicional.